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EL CREDITO INMOBILIARIO MOROSO DE LA BANCA CAE POR PRIMERA VEZ EN LA CRISISLas cinco grandes entidades bajan el 9,5% el saldo dañado desde diciembre.11/08/2014
El sector inmobiliario, el mayor quebradero de cabeza para la banca en los últimos años, empieza a dar síntomas de una tímida mejoría tras un ajuste de dimensiones colosales. Tal es así que las cinco mayores entidades que no han traspasado activos al banco malo han reducido por primera vez el volumen de créditos morosos al promotor en la crisis.
En concreto, Santander, BBVA, La Caixa, Sabadell y Popular han logrado disminuir en conjunto este tipo de préstamos deteriorados un 9,5% en el primer semestre del año con respecto a cierre de 2013.
En la actualidad, la financiación concedida por estas entidades a compañías inmobiliarias en nuestro país que presenta retrasos en sus pagos superiores a los tres meses asciende a 41.233 millones, es decir, 4.322 millones menos que a finales del ejercicio anterior. La caída aun así todavía es leve, ya que en términos interanuales estos préstamos problemáticos aumentan ligeramente. En junio de este año la cartera dañada es un 2,7 por ciento superior que al cierre del primer semestre de 2013.
No obstante, el recorte ha permitido a las entidades a rebajar el volumen de morosidad total. Los principales banqueros han resaltado en las últimas semanas, durante la presentación de resultados, que los créditos de dudoso cobro habían bajado en los seis primeros meses de este año, iniciando así un cambio de tendencia. El sector financiero, actor importante del boom inmobiliario en nuestro país a principios de este siglo, se ha visto obligado a padecer un auténtico viacrucis tras el estallido de la crisis. Ha tenido que reconocer pérdidas millonarias, la mayor parte relacionadas con la construcción por la asfixia de los promotores y de una parte de los hogares, que han dejado de pagar sus deudas tras la caída del sector y sus consecuencias para la economía. El sistema financiero, al tiempo que llevaba a cabo provisiones para tapar el agujero, efectuaba canjes de deuda por inmuebles para recuperar parte de las pérdidas en un futuro. Así, el stock de pisos y suelo en manos de la banca ha ido creciendo de manera exponencial. A cierre de junio la cartera de inmuebles -en la que se incluyen participaciones en sociedades promotoras- alcanzó máximos históricos en el caso de los cinco grandes grupos financieros. Su valor bruto llega a casi 71.000 millones. A pesar de la aceleración de las ventas en los últimos meses y la caída del crédito al promotor moroso, en el primer semestre volvió a crecer el stock. Su valor se elevó un 4% (2.811 millones). Buena parte de la subida se debe al incremento que experimentan tanto la cartera de suelos como las ejecuciones de viviendas a familias por insolvencias. Los inmuebles en propiedad también están suponiendo un importante lastre para el sector bancario, ya que está teniendo que hacer importantes provisiones para adelantar las pérdidas futuras y para ajustar su valor con el objetivo de venderlas cuanto antes.
La situación, ante estas cifras, es esperanzadora. Los síntomas de que el ajuste del sector del ladrillo y sus efectos para los bancos parece tocar fin, aunque en las entidades no lanzan las campanas al vuelo, ya que la recuperación tiene que confirmarse y ésta se prevé lenta.
Las consecuencias del hundimiento inmobiliario han sido tales que España se vio obligado a tener que pedir un rescate a Europa para sanear buena parte del sector financiero y constituir un banco malo, denominado Sareb, con los activos dañados. Esta compañía ha asumido 50.000 millones de créditos al promotor e inmuebles de las entidades ayudadas.
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